La Cooperación es más que una Palabra Bonita
No es una novedad hablar de la cooperación cuando hablamos de nuevas formas de economía superadoras a la economía actual que tanto disgusto nos genera
La cooperación es una cuestión cada vez más apoyada incluso, paradójicamente, dentro de los ámbitos de la economía tradicional que hunden sus raíces en la concepción de un hombre individualista y competitivo, es por ello que hoy podemos escuchar de las “estrategias de cooperación” y de “ganar-ganar” cada vez más en cursos de administración de empresas, marketing, recursos humanos y economía en general.
Pero que justamente, al estar siempre concentrados en nuestros intereses individuales (nuestro Ego y miedos) elegimos la opción más cercana a corto plazo para nuestro propio beneficio y así sacrificamos la mejor opción (para nosotros y los demás dentro del conjunto) que en la jerga economista será llamada como “second best” (o “segunda mejor”, ya que la primer opción que tenderíamos a elegir es la que satisface sólo nuestros deseos personales).
Ni hablar de la moda del pensamiento de izquierda latinoamericano o las izquierdas europeas que derivan de lo que se conocía como el socialismo utópico (una corriente del siglo XIX alternativa al marxismo) que muestran a la cooperación o su equivalente la solidaridad como eje de una economía social cuya células básicas son las cooperativas y mutuales.
Ahora bien, en una gran cantidad de casos actuales, las cooperativas fracasan (o no prosperan de entrada) justamente por las diferencias internas que indican de que la cooperación realmente “no existe” dentro de ellas, sino más bien una puja por los intereses personales, al igual que cualquier otra empresa común, sólo bajo el ropaje de cooperativa como instrumento legal.
La respuesta a la que he arribado al momento, es que aun promoviendo el cooperativismo fomentando la creación de cooperativas, otorgando créditos, incluso dando cursos de capacitación sobre la cooperación, la cuestión tiene que ver con el estado de consciencia del ser humano, su estado interno. Con esto digo que todas esas políticas, e incluso, este mismo artículo, no dejan de ser búsquedas “externas” de fomentar la cooperación. No obstante, la cooperación es un comportamiento fruto de un cambio interno, de consciencia del ser humano.
A este cambio interno, lo podemos ver como el pasaje de una consciencia de Ego a una consciencia del Ser (o consciencia de Unidad). Donde, desde la consciencia del Ego tenemos un estado primitivo de miedo y nos sentimos separados. Por lo cual, nuestro comportamiento sólo puede ser el de “tener, acumular y competir” y la cooperación será sólo una palabra bonita o tal vez, utópica.
No obstante, al hacer una transformación espiritual de quienes somos, aparece en nosotros una sanación a ese miedo general, y miedo a la escasez respecto de lo material, donde nos recordamos como un ser espiritual en un cuerpo humano que forma parte de una Unidad. Al ir ingresando a esta concepción humana que nos va transformando en homo consciens (hombres conscientes), aparece en nosotros la confianza (en la abundancia de recursos y en la bondad nuestra y de los demás) y nuestro comportamiento naturalmente tiende al compartir y al cooperar además del dar en vez de acumular.
Finalmente, la cooperación es más que una palabra bonita, es un verdadero cambio de mirada y transformación espiritual del ser humano, y seguramente, de una época histórica de la humanidad.
¿Querés ver cooperación en tu trabajo, en la sociedad, en el mundo? Entonces debés empezar por vos mismo/a y vivirla en tu vida como Mahatma Ghandi nos ha enseñado:
“Seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.
A este razonamiento lo podemos ver en este video:
Publicado: en junio de 2015 por Martín Traverso (www.martintraverso.org) para Tiempo Conciente - http://tiempoconsciente.com –
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